Carolina del Norte se prepara por posibles inundaciones por huracán Erin
El huracán Erin mantuvo su intensidad de categoría 2 la mañana del miércoles mientras avanzaba hacia la costa este de Estados Unidos. En Carolina del Norte, las autoridades ordenaron evacuaciones obligatorias en varias zonas debido al riesgo de inundaciones graves.
La tormenta, que se intensificó de manera récord y alcanzó brevemente la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, provocó inundaciones que afectaron viviendas y carreteras en Puerto Rico.
Aunque se espera que el núcleo de Erin no toque directamente la costa, los meteorólogos expresan preocupación por su gran tamaño y por los vientos tropicales que se extienden cientos de kilómetros desde su centro.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) advirtió que «las condiciones meteorológicas podrían empeorar a lo largo de la costa de Carolina del Norte hacia la noche». Según el último reporte, Erin se encontraba a 730 kilómetros de cabo Hatteras, con vientos de hasta 160 km/h, desplazándose hacia el norte-noroeste. Las autoridades instan a los residentes a prepararse, revisar sus equipos de emergencia y seguir las indicaciones locales.
Se emitieron alertas de tormenta para la zona que va desde cabo Lookout hasta más allá de Duck, con posibles niveles de agua entre 60 centímetros y 1,2 metros. Una amplia franja costera desde Carolina del Norte hasta el sur de Virginia y Bermuda se encuentra bajo vigilancia por la posibilidad de tormentas tropicales de menor intensidad.
Evacuaciones obligatorias fueron decretadas en las islas Ocracoke y Hatteras, mientras que los condados de Dare y Hyde activaron emergencias locales, según la oficina del gobernador Stein.
La temporada de huracanes en el Atlántico se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre. Aunque este año comenzó relativamente tranquilo, con solo cuatro tormentas nombradas hasta ahora, la NOAA mantiene alerta sobre una temporada que podría ser «por encima de lo normal».
Los científicos advierten que el cambio climático está afectando a los ciclones tropicales: océanos más cálidos generan vientos más intensos, una atmósfera más caliente aumenta las lluvias, y el alza del nivel del mar potencia el surgimiento de tormentas. También hay indicios de que el cambio climático podría estar incrementando la frecuencia de los huracanes, aunque con menor certeza.



