El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, comenzó este martes a cumplir la condena de 27 años y tres meses de prisión impuesta por intento de golpe de Estado, después de que la Corte Suprema confirmara que su defensa agotó todas las vías de apelación. Según la resolución del juez Alexandre de Moraes, relator del caso, el proceso quedó concluido y el exmandatario deberá permanecer recluido en una sala de doce metros cuadrados dentro de la sede de la Policía Federal en Brasilia.

Bolsonaro, de 70 años, permanecía en prisión domiciliaria por incumplir medidas cautelares, pero fue trasladado a esas instalaciones el sábado pasado. De acuerdo con la información judicial, el movimiento se produjo después de que intentara dañar con una soldadora la tobillera electrónica que debía portar. El político atribuyó el episodio a “unas alucinaciones” que, según dijo, le habrían provocado medicamentos antidepresivos.

La Corte Suprema ya había rechazado en noviembre un recurso presentado por la defensa. La Fiscalía imputó en febrero al exmandatario y a una treintena de colaboradores por diversos delitos, entre ellos golpe de Estado, tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho y organización criminal armada.

Según el fallo, la trama buscaba deslegitimar las elecciones presidenciales de 2022 para declarar un estado de excepción e impedir la toma de posesión del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

La Corte indicó que el plan incluso contemplaba atentar contra Lula, aunque no se llevó a cabo por falta de apoyo de altos mandos militares.

Bolsonaro cumplirá su condena en una habitación acondicionada con frigobar, aire acondicionado y un televisor, donde también deberá recibir la atención médica correspondiente, según lo ordenado por el Supremo.