El gobierno regional catalán, encabezado por el presidente Pere Aragonés, anunció hoy la declaración de emergencia en Barcelona y su área metropolitana debido a la histórica sequía que afecta la región. Con reservas de agua en niveles críticos y más de tres años de precipitaciones, la medida implicará restricciones adicionales para cerca de seis millones de habitantes, especialmente en sectores vinculados a la agricultura, ganadería e industria.

En una rueda de prensa, el presidente Aragonés expresó su preocupación por la situación, afirmando: “Cataluña está padeciendo la peor sequía del último siglo. Desde que se tienen registros pluviométricos, no habíamos afrontado nunca una sequía tan prolongada y de tanta intensidad”.

De esta forma, la primera de tres etapas previstas, impone restricciones significativas, incluyendo un recorte del 80% en el riego agrícola, un 50% en el uso ganadero y un 25% en el industrial. Además, se prohíbe el riego, excepto en situaciones de supervivencia para árboles y jardines públicos, y siempre utilizando agua no potable.

En las siguientes fases, se contemplan restricciones más severas, como el cierre total de duchas en gimnasios y la prohibición del riego en campos de césped, incluso en instalaciones deportivas federadas, si las reservas continúan disminuyendo. Finalmente, la emergencia destaca la gravedad de la situación y la necesidad de medidas urgentes para preservar el suministro de agua en la región.