Alrededor de 11 personas han muerto, incluido el presunto agresor, en un tiroteo ocurrido el martes 4 de febrero, en el Campus Risbergska, un centro educativo para adultos en el barrio de Västhaga, en Örebro, una ciudad situada a unos 200 kilómetros al oeste de Estocolmo.

La policía sueca confirmó este miércoles que la cifra de heridos aún no está clara, aunque se ha informado que 6 personas están hospitalizadas en el Hospital Universitario de Örebro, en situación estable, 2 de ellas en cuidados intensivos.

Las autoridades locales han descartado que el agresor estuviera vinculado con bandas criminales o grupos terroristas, señalando que parece haber actuado en solitario. “No hay indicios de motivos ideológicos”, afirmó la Policía en un comunicado, desmintiendo rumores que circulaban en las redes sociales.

El tiroteo obligó a las autoridades a evacuar a los estudiantes y profesores, quienes fueron alojados en escuelas cercanas durante varias horas. El lugar fue asegurado por la Policía, que aún mantiene acordonada la zona mientras se llevan a cabo las investigaciones para identificar a las víctimas.

Ante los hechos, el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, calificó el tiroteo de “peor suceso de este tipo en la historia de Suecia”. En su intervención, Kristersson destacó que el país ha sido testigo de un aumento en la violencia armada, asociada en gran parte con conflictos entre bandas criminales, que en los últimos años han dejado decenas de víctimas.

Por otro lado, el rey Carlos XVI Gustavo también expresó sus condolencias a las familias afectadas por esta tragedia, uniéndose al dolor de la nación. En su mensaje, el monarca mostró su pesar por la magnitud de la tragedia.