Asesinato del alcalde de Uruapan, en México, desata protestas y disturbios
El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, la noche del sábado 2 de noviembre, generó una ola de protestas en el estado mexicano de Michoacán, donde cientos de ciudadanos marcharon el domingo para exigir justicia y el fin de la violencia.
La manifestación principal se desarrolló en Morelia, capital del estado, y comenzó de forma pacífica, pero derivó en disturbios cuando un grupo de manifestantes irrumpió en el Palacio de Gobierno estatal, causando destrozos en el interior del edificio y exigiendo la renuncia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
“¡Carlos no murió! ¡Bedolla lo mató!”, gritaron algunos participantes mientras marchaban por el centro histórico de la ciudad.
En Uruapan, conocida por su producción de aguacate, cientos de personas asistieron al funeral de Manzo, quien fue despedido entre aplausos y música de mariachi.

El alcalde, que asumió el cargo en septiembre de 2024, había denunciado en varias ocasiones la presencia del crimen organizado en la zona y solía patrullar las calles con chaleco antibalas. Durante el evento del Día de Muertos, fue atacado a balazos pese a contar, según las autoridades federales, con protección desde diciembre del año pasado.
Ante los hechos, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, afirmó que Manzo tenía resguardo federal y municipal reforzado desde inicios de 2025. Sin embargo, familiares del edil aseguraron que nunca recibió la protección prometida, pese a sus reiteradas peticiones.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, condenó el asesinato y aseguró que el crimen no quedará impune.
Las autoridades confirmaron que uno de los presuntos atacantes fue abatido tras el tiroteo, mientras que dos personas fueron detenidas por su presunta participación.



