El principal diplomático de Estados Unidos y el vicepresidente de China expresaron el lunes su esperanza de una mayor estabilidad en la relación, a menudo tensa, mientras las potencias rivales celebraban sus segundas conversaciones de alto nivel en días.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, reunido con el vicepresidente Han Zheng en Nueva York al margen de la Asamblea General de la ONU, dijo que creía en la “diplomacia cara a cara” para abordar los desacuerdos.
“Creo que es bueno que tengamos esta oportunidad de aprovechar los recientes compromisos de alto nivel que han tenido nuestros países”, dijo Blinken a Han al abrir su reunión en la misión de China ante las Naciones Unidas.
Las conversaciones tienen como objetivo “asegurarnos de que mantenemos comunicaciones abiertas y demostrar que estamos gestionando responsablemente la relación entre nuestros dos países”.
Han dijo que las dos economías más grandes del mundo enfrentan “muchas dificultades y desafíos”.
“El mundo necesita relaciones sanas y estables entre Estados Unidos y China, que beneficien no sólo a China y a Estados Unidos, sino al mundo entero”, afirmó.
La reunión se produce mientras Estados Unidos observa con creciente intriga los cambios de personal en Beijing.
Qin Gang, elegido personalmente por el presidente Xi Jinping como ministro de Relaciones Exteriores, fue abruptamente reemplazado en julio por el veterano formulador de políticas Wang Yi.
Inicialmente, los funcionarios estadounidenses esperaban que Wang viajara a la reunión anual de la ONU, donde pudo haberse reunido brevemente con el presidente Joe Biden, pero en cambio China envió a Han, más conocido por su mandato como alcalde de Shanghai que por su diplomacia.
Pero Wang, quien también es director de política exterior del Partido Comunista, mantuvo conversaciones durante el fin de semana con el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, en Malta.
Estados Unidos y China siguen en desacuerdo sobre una serie de cuestiones, incluido Taiwán, la democracia autónoma que Beijing afirma y no ha descartado tomar por la fuerza.
China acusa a Estados Unidos de incitar a los partidarios de la independencia de Taiwán y ha realizado repetidas demostraciones de fuerza.
Estados Unidos dice que está buscando preservar el status quo y ha aumentado su apoyo, incluso el mes pasado aprobó por primera vez ayuda militar directa a Taiwán, que tradicionalmente compra sus propias armas.
Blinken en las conversaciones “subrayó la importancia de mantener la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Al referirse a las naciones con estrechos vínculos con China, Blinken también discutió las “acciones provocadoras” de Corea del Norte y la invasión rusa de Ucrania, dijo Miller.
China también se ha mostrado indignada por las restricciones estadounidenses a las inversiones de alto nivel y a las exportaciones de semiconductores de Estados Unidos, que dice que lo hace para salvaguardar su propia seguridad.
Pero el tono se ha vuelto comparativamente civilizado. Blinken y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, viajaron este año a Beijing y reanudaron el contacto que prácticamente había cesado durante la pandemia.
El acercamiento a China contrasta con la negativa de Estados Unidos a la mayor parte del diálogo con Rusia desde la invasión de Ucrania, con Blinken y otros altos funcionarios estadounidenses dudando de la utilidad de hablar con Moscú.
