El volcán Poás, uno de los principales atractivos turísticos de Costa Rica, se encuentra en alerta naranja debido a un incremento en la emisión de gases desde su cráter, lo que indica un mayor potencial eruptivo.

Las autoridades han restringido parcialmente las visitas al coloso de 2.708 metros de altura, situado a 50 kilómetros de San José, sin llegar a suspenderlas por completo.

El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) informó que desde el 1 de marzo el volcán ha mostrado un aumento significativo en su actividad.

El vulcanólogo Geoffroy Avard explicó que los datos sugieren un aporte de fluidos desde el interior del volcán, lo que genera incertidumbre sobre su comportamiento futuro. “No sabemos qué va a pasar, pero es una situación preocupante”, advirtió el experto.

El Poás se encuentra en nivel 3 de alerta, dentro de una escala de 4, lo que significa que su actividad es inestable y requiere precaución. Según la Red Sismológica Nacional, Costa Rica cuenta con más de 120 focos volcánicos, de los cuales solo 5 están activos: Poás, Rincón de la Vieja, Arenal, Irazú y Turrialba.

El Ovsicori también advirtió que la composición de los gases emitidos por el Poás indica la presencia de magma en su interior. Las comunidades cercanas al Poás dependen del turismo, por lo que una posible suspensión total de las visitas podría afectar su economía.

Finalmente, el monitoreo del volcán continúa, y las autoridades instan a la población y turistas a mantenerse informados sobre su evolución y acatar las recomendaciones oficiales.