La protesta, que comenzó en la Puerta de Brandeburgo, recorrió el barrio gubernamental de Berlín pasando también junto al Bundestag, y acabó en el punto de partida, con varios discursos y actuaciones musicales.
Los participantes, -12,000 según los organizadores, 10,000 inscritos, según la Policía-, portaban todo tipo de banderas -de la Unión Europea, con los colores del arcoiris y de partidos como La Izquierda y Los Verdes- y coreaban eslóganes como “Amor en lugar de odio” y “Refugess Welcome” (Refugiado bienvenidos).
Portaban pancartas con eslóganes como “Solidaridad en lugar de acoso ultraderechista”, “Tope 0 a los nazis en el Parlamento”, “Arriba contra el racismo” y “Mi voz contra el acoso”, pero también carteles directamente alusivos a la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
“Alto a AfD” y “No a la colaboración con AfD” eran algunos de los lemas para protestar contra esta formación, que desde su nacimiento en 2013 ha logrado entrar ya en cámaras regionales de 14 de los 16 Estados federados, así como en el Parlamento federal, tras convertirse en la tercera fuerza más votada con el 12.6 % de los votos en los comicios generales de septiembre.
“Aunque el resultado electoral me conmocionó profundamente como solicitante de asilo que fui una vez, nuestra manifestación no va dirigida contra la elección democrática de AfD en el Bundestag”, señalaba pocas horas antes del inicio de la marcha el impulsor de la misma, Ali Can, de la asociación Paz intercultural y conocido por crear un “teléfono rojo para ciudadanos preocupados”.
El director ejecutivo de la ONG Campact, Christoph Bautz, señaló que “lo que no puede ser es que este partido traiga al Bundestag a ultraderechistas y nazis que quieren abolir” la democracia y el Estado de derecho en Alemania.
“La historia nos ha mostrado a dónde puede llevar el odio y el racismo (…) Exijo a los diputados de cualquier orientación a hacer igual que nosotros y defender los principios democráticos fundamentales”, afirmó, agregó Can.