En el 2015 abría sus puertas, en el castillo medieval italiano de Castelbosco, situado a unos 100 kilómetros de Milán, el Museu da Merda (‘museo de la mierda’).
Tras la apertura de este insólito museo se encuentra un empresario agrícola llamado Gianantonio Locatelli, que deseaba dar algún tipo de utilidad ecológica, productiva y cultural a los excrementos que generan sus 3.500 vacas productoras de leche que sirve para fabricar queso Grada Padano, que generan toneladas de estiércol al año. Entre las numerosas aplicaciones que ha encontrado, está la de convertir esas heces en biogás, que sirve para generar energía –incluida la que precisa el sistema de calefacción de sus instalaciones–. Asimismo, se vale de ellas para producir fertilizante.
Y también le da a estos residuos un uso algo más excéntrico: ha creado un museo que expone fotografías, pinturas y también ilustraciones inspiradas en este tema escatológico o incluso realizadas con pinturas fabricadas con excrementos, como en el caso de las obras de Roberto Coda Zabetta, que usó una mezcla de estiércol, pigmentos y resinas para llevar a cabo sus obras.
Asimismo, en el museo se pone de relieve otras bondades del estiércol: como que a lo largo de la historia se haya usado a nivel medicinal (en combinación con plantas) o incluso como material de construcción.
Pero este no es el único museo del mundo que tiene como protagonista las defecaciones animales. En 2015 abría sus puertas, en el castillo medieval italiano de Castelbosco, situado a unos 100 kilómetros de Milán, el Museu da Merda (‘museo de la mierda’).
Tras su apertura se encuentra un empresario agrícola llamado Gianantonio Locatelli, que deseaba dar algún tipo de utilidad ecológica, productiva y cultural a los excrementos que generan sus 3.500 vacas productoras de leche que sirve para fabricar queso Grada Padano, que generan toneladas de estiércol al año. Entre las numerosas aplicaciones que ha encontrado, está la de convertir esas heces en biogás, que sirve para generar energía –incluida la que precisa el sistema de calefacción de sus instalaciones–. Asimismo, se vale de ellas para producir fertilizante.
Y también le da a estos residuos un uso algo más excéntrico: ha creado un museo que expone fotografías, pinturas y también ilustraciones inspiradas en este tema escatológico o incluso realizadas con pinturas fabricadas con excrementos, como en el caso de las obras de Roberto Coda Zabetta, que usó una mezcla de estiércol, pigmentos y resinas para llevar a cabo sus obras.
Asimismo, en el museo se pone de relieve otras bondades del estiércol: como que a lo largo de la historia se haya usado a nivel medicinal (en combinación con plantas) o incluso como material de construcción.
También te puede interesar leer:
Extraterrestres podrían estar viviendo debajo del océano