El síndrome de Lázaro se define como un retraso en el retorno de la circulación espontánea (ROSC) después de haber cesado con la reanimación cardiopulmonar. Esto es cuando los pacientes que son declarados muertos tras la reanimación, experimentan un retorno improvisado de la actividad cardíaca y ‘vuelven a la vida’.
Desde que el síndrome fue contemplado en la literatura médica (1982), se han dado al menos 38 casos, como en 2014 cuando un hombre de 78 años de Mississippi (EE. UU.) fue declarado muerto después de que su enfermera lo encontrara sin pulso. Al día siguiente, el anciano se despertó en una bolsa para cadáveres en la morgue.
Según un informe de 2007 del anterior director de la British Geriatrics Society Vedamurthy Adhiyaman y sus colegas, en alrededor del 82% de los casos de síndrome de Lázaro, la auto resucitación se produjo 10 minutos después de haber detenido la reanimación cardiopulmonar; de ellos, el 45% de los pacientes experimentaron una buena recuperación neurológica.
A pesar de lo extraño de este síndrome, los científicos creen que es mucho más común de lo que sugieren los estudios. El motivo puede ser precisamente que la experiencia profesional del médico que practica la reanimación puede ponerse en duda o incluso el hecho de que tal evento puede llevar a descrédito entre los colegas de profesión, según señala el nefrólogo Vaibhav Sahni en un informe de 2016.
¿Qué causa el síndrome de Lázaro?
Algunos investigadores sugieren que este fenómeno puede deberse a una acumulación de presión en el tórax causada por la reanimación cardiopulmonar. Una vez que esta se detiene, esta presión puede liberarse gradualmente y poner en marcha de nuevo el corazón.
La hiperpotasemia en la que los niveles sanguíneos de potasio son demasiado altos- podría ser otra explicación propuesta para el síndrome de Lázaro, ya que se ha relacionado con el retraso en el retorno de la circulación espontánea.
Debido a que muy pocos casos ven la luz, descubrir los mecanismos exactos detrás de esta condición es complicado.