La inteligencia artificial se utilizará en el suroeste de Inglaterra para predecir la contaminación antes de que se produzca y ayudar a prevenirla.
Se espera que el proyecto piloto de Devon ayude a mejorar la calidad del agua en la localidad costera de Combe Martin, convirtiéndola en un lugar más apto para el baño.
Los sensores colocados en ríos y campos permitirán hacerse una idea del estado de los ríos locales, las precipitaciones y el suelo.
A continuación, la IA combinará esos datos con imágenes por satélite del uso local del suelo.
Predecirá cuándo el sistema fluvial local es más vulnerable a fenómenos como la escorrentía agrícola, lo que permitirá tomar medidas como pedir a las explotaciones que no apliquen fertilizantes.

La empresa de sistemas informáticos CGI dirige el proyecto de inteligencia artificial con Ordnance Survey, expertos en cartografía. Según CGI, la precisión superó el 90% en una prueba.
Se está probando en la Reserva de la Biosfera de North Devon, una zona protegida de 142 km2 que incluye importantes hábitats naturales, tierras de cultivo y pequeñas ciudades.
“Le daremos (a la IA) la historia”, dijo la directora de sostenibilidad de CGI, Mattie Yeta. “Le daremos toda la información geográfica, así como conjuntos de datos de los sensores para que aprenda y desarrolle los mecanismos de predicción que le permitan informar de dónde se producen estos incidentes y, de hecho, cuándo se producirán”.

Se espera que el proyecto sanee la localidad costera de Combe Martin, donde la calidad de las aguas de baño es motivo de preocupación desde hace tiempo.
“Siempre ha estado a la cola en cuanto a calidad del agua”, afirma Andy Bell, de la Reserva de la Biosfera de North Devon.
Aunque el año pasado la Agencia de Medio Ambiente calificó el agua de Combe Martin de “buena”, Bell afirma que se debió principalmente al tiempo seco. Los años más típicos, dice, fueron 2018 y 2019, cuando recibió una calificación ‘pobre’, lo que significó que se publicara un aviso aconsejando a las personas que no nadaran.
“Hay mucho miedo en la comunidad de lo que sucedería si se rescindiera el estatus de agua de baño”. Andy dice
“Repercutiría en las cafeterías, los restaurantes, los B&B… la gente quiere venir a un lugar limpio a divertirse”.
El río Umber es el principal culpable, según el Sr. Bell. Llega al mar a través de un corredor de exuberantes algas verdes en el borde de la playa. El Umber suele ser poco más que un arroyo, pero recibe vertidos tanto de una depuradora como de la escorrentía agrícola de las granjas.
La limpieza del Umber se considera un primer paso para mejorar la calidad del agua de la playa y la clave para ello, según el proyecto de inteligencia artificial, es una enorme cantidad de información en tiempo real.

“Podemos empezar a entrenar el modelo con datos para que comprenda cuándo se produjo un episodio de contaminación, si estuvo asociado a una zona concreta”, explica Donna Lyndsay, de Ordnance Survey. “¿Hubo, por ejemplo, un episodio de lluvias concreto que lo arrastró todo?”.
Se espera que la IA pueda, por ejemplo, aconsejar a un agricultor que deje de echar más abono en su campo si el suelo está seco y se prevén lluvias torrenciales, por la probabilidad de que sea arrastrado a los cursos de agua.
Evitar que las depuradoras viertan aguas residuales sin tratar -una práctica permitida cuando las fuertes lluvias desbordan las instalaciones- es más complicado. La IA puede verlas venir después de fuertes lluvias, pero eso no significa que la compañía de aguas tenga capacidad para impedir su vertido.
La primera fase del proyecto de IA consistió en un modelo teórico basado en datos históricos, que según CGI predijo episodios de contaminación con una precisión del 91,5%. Ahora, el modelo de IA se ha puesto en marcha “en la naturaleza” y la cuestión es si puede hacer lo mismo.
“Estamos empezando aquí (en el norte de Devon), pero la idea es ampliarlo y extenderlo a otras partes del Reino Unido”, explica Mattie Yeta, de CGI.