El territorio estadounidense de Guam se encuentra en alerta máxima ante la inminente llegada del supertifón Mawar, que podría ser el ciclón más fuerte que ha golpeado la isla en más de seis décadas.
El tifón, que ha alcanzado la categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson, presenta vientos sostenidos de más de 250 km/h y rachas superiores a los 300 km/h, además de una marejada ciclónica que podría superar los siete metros de altura y unas lluvias torrenciales que podrían provocar inundaciones y deslizamientos de tierra.
Mawar se ha formado y fortalecido rápidamente en el océano Pacífico occidental, una zona donde se originan los ciclones tropicales más intensos del planeta. Los expertos atribuyen este fenómeno al cambio climático provocado por el ser humano, que ha elevado la temperatura de los océanos y ha favorecido las condiciones para que las tormentas se intensifiquen con mayor rapidez y alcancen niveles extremos.
Se espera que Mawar impacte directamente sobre Guam este miércoles por la tarde, hora local, o a primera hora del jueves, hora peninsular española. Si esto ocurre, sería el primer ciclón de categoría 5 que toca tierra en la isla desde el supertifón Karen en 1962, que causó graves daños y dejó a miles de personas sin hogar.
Guam tiene una población de unos 170.000 habitantes y una superficie de unos 50 kilómetros de largo por 15 de ancho, por lo que el centro del tifón podría atravesarla por completo.
Las autoridades locales han declarado el estado de emergencia y han instado a la población a prepararse para el peor escenario posible. Han recomendado a los residentes que refuercen sus viviendas, que almacenen alimentos y agua potable, que desconecten los aparatos eléctricos y que se trasladen a los refugios habilitados si sus casas no son seguras. También han advertido del riesgo de cortes de luz y agua durante días o semanas después del paso de la tormenta.
Mawar es el quinto ciclón equivalente a un huracán de categoría 5 que se forma en el mundo este año, lo que iguala el promedio anual histórico. Sin embargo, las temporadas de huracanes y tifones apenas están comenzando y se prevé que sean más activas e intensas debido al calentamiento global.
Los científicos alertan de que este tipo de fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes y destructivos si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.