No importa en donde te encuentres, siempre es único y divertido ver a estos artistas en las calles que no dejan de llamar nuestra atención. Estamos hablando de las estatuas humanas, que a simple vista no parecen que sean personas reales.
Para realizar esta forma de arte callejero que data de la época medieval, se necesita de muchas horas de preparación creativa, gran paciencia, control físico y resistencia.
Y cuando pienses que no hay nada que pueda ser más impresionante que las personas que se transforman en monumentos a la perfección, espera a conocer la historia de Yorge Luís Ruiz y su perrita Jaspe.
Este artista callejero venezolano ha estado perfeccionando su arte durante casi cuatro años desde que se mudó a Fortaleza, Brasil.
Él se ha desempeñado como una estatua viviente para entretener a los transeúntes, pero hay una adición especial a su rutina que lo distingue de otras estatuas humanas y le ha valido un reconocimiento mundial.
Jaspe es la mejor compañera que uno podría desear: no solo acompaña a Yorge a diario para trabajar, sino que realmente lo ayuda en su acto. La perrita debe ser un talento natural ya que no solo su pelaje marrón combina con el traje de pescador de color cobrizo de Yorge, sino que instintivamente se queda congela durante la actuación al igual que su papá.
Debe haber algo de magia involucrada, ya que Ruiz admite que nunca entrenó a Jaspe y que un acto increíble sucedió de forma natural cuando besó el cuello de Jaspe.
La actuación de Jaspe es merecida de un Oscar, y han estado llamando la atención de las personas que viven fuera de las concurridas calles de Brasil, cuando un video del dúo realizado por la Secretaría de Cultura del Estado de Ceará se volvió viral en Internet con 2,84 millones de visitas en Twitter.
Yorge escribió:
«Le agradecemos mucho a los brasileños todos los días por disfrutar de nuestro trabajo. Estamos abrumados por todos los comentarios positivos que estamos recibiendo en este momento».