Como ocurrió hace 20 años, los aullidos de “Amores perros” vuelven a escucharse a partir de hoy en cines de México.
Restaurada en imagen y audio, la ópera prima de Alejandro González Iñárritu, ganadora de casi 60 galardones internacionales, incluyendo Cannes y una nominación al Oscar, estará en cartelera de más de 50 ciudades por dos semanas.
“El Negro”, como se le conoce al realizador, recordaba en aquella época que él mismo en su juventud vivió como perro cuando, con unos cuantos billetes en el bolsillo, se aventuró a ir Europa, durmiendo en la calle. “Pero fue una vida digna”, decía orgulloso.
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- Originalmente la obra, escrita por Guillermo Arriaga, se llamaba “Perro negro, perro blanco”, requiriendo de casi 40 tratamientos antes de tener la versión a filmarse.
- El presupuesto asignado era de 1.5 millones de dólares, pero realmente terminó costando más de 2 millones. El faltante salió del bolsillo del propio realizador, quien había hecho carrera en la publicidad.
- Durante la búsqueda de locaciones, el crew fue asaltado. A Brigitte Broch, dieñadora de producción, la tiraron con pistola en mano y a González Iñarritu le metieron la pistola en la boca, amenazándolo con darle un tiro. Al final y para evitar problemas futuros porque el realizador se empeñó en filmar en ese lugar, los chavos fueron contratados como seguridad de la producción.
- Gael García Bernal, entonces estudiante de actuación en Inglaterra, se inventó una enfermedad para poder viajar a México. Hasta vomitó en algún momento. Cuando regresó a clases aún estaba rapado y delgado, por lo que sus compañeros le creyeron hasta que se estrenó la cinta.
- Secretos de dirección. González Iñarritu pidió a Álvaro Guerrero ponerse cierta loción para lograr un efecto especial en Goya Toledo, la actriz española. Resulta que el aroma era el favorito de la actriz y, cuando lo percibió, sonrió, ayudando a la secuencia de cuando llegan a su departamento.
- Para la secuencia de la persecución con el que inicia el filme, el cinefotógrafo decidió amarrarse al frente de la camioneta para tener mejores tomas. Ahora, entre bromas, admite que no lo volvería a hacer por lo peligro que implicaba, aunque no lo midió así en aquél momento.
- Amante de la música. González Iñárritu silbaba melodías para decirle a los actores los tonos que deseaba en su actuación. Vanessa Bauche, la veterana del cine en el proyecto, recuerda que no se necesitaban palabras para entender lo que se requería.
- – Se vale equivocarse. Adriana Barraza, quien interpreta a la madre de los personaje de Gael García y Marco Pérez, modificaba nombres.
- Uno de sus hijos en la ficción se llamaba Ramiro y muchas veces le cambió el nombre por Rodrigo, nombre del cinefotógrafo. En varias ocasiones debieron cortar el rodaje por ello.
