La miniserie británica Adolescence, de Netflix, ha provocado un debate sobre la masculinidad moderna, el acoso en línea y la cultura incel, explorando cómo las ideas extremas en Internet pueden influir en la juventud.

Uno de los momentos clave de la serie ocurre cuando el inspector Luke Bascombe (Ashley Walters) investiga el asesinato de una estudiante y asume, basándose en interacciones en redes sociales, que la víctima y el acusado eran cercanos.

Sin embargo, su hijo le revela que lo que parecían emojis inofensivos eran en realidad códigos de acoso vinculados a la manosfera, un espacio digital donde se difunden ideas misóginas.

La serie, creada por Jack Thorne y Stephen Graham, inicia como un drama criminal, pero pronto se adentra en las complejidades de la masculinidad y el peligro de ideologías radicales.

En una entrevista, Thorne reveló que su inspiración surgió de la creciente violencia juvenil y la ira masculina. “Queríamos construir un retrato complejo de la masculinidad y cómo se moldea a los adolescentes”, declaró.

El impacto de la serie ha sido significativo, generando discusión sobre el papel de los padres en la educación digital de sus hijos. Adolescence expone una realidad inquietante: muchos adultos desconocen las comunidades en línea donde sus hijos pueden verse influenciados por discursos de odio y violencia.

La producción de Netflix se ha convertido en una de las más comentadas, no solo por su trama envolvente, sino por su crítica social a la era digital y su efecto en la juventud actual.