El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la suspensión de $4,900 millones en ayuda exterior previamente autorizados por el Congreso, mediante la figura conocida como “rescisión de bolsillo”, contemplada en la Ley de Control de Embargos.

La medida, según la Casa Blanca, representa la primera vez en cinco décadas que un mandatario utiliza este mecanismo para cancelar fondos de asistencia internacional.

La decisión generó reacciones inmediatas en el Capitolio. Legisladores demócratas la rechazaron de forma categórica, mientras que la senadora republicana Susan Collins advirtió que “cualquier intento de rescindir fondos sin aprobación del Congreso constituye una clara violación a la ley”.

Otros parlamentarios calificaron la acción como un “paquete ilegal” orientado a evitar la negociación bipartidista sobre el presupuesto.

El anuncio ocurre tras un fallo de un tribunal de apelaciones, emitido el 13 de agosto, que respaldó la potestad del Ejecutivo para cancelar o suspender fondos de ayuda exterior.

Desde el inicio de su mandato, Trump ha endurecido su postura frente a los programas de asistencia internacional. En su primer día en la Casa Blanca, ordenó al Departamento de Estado y a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) congelar los recursos destinados a otros países.

El Congreso, que se encuentra en receso, retomará sus actividades la próxima semana y se prevé que discuta posibles acciones frente a la medida impulsada por el presidente.