Este lunes, los precios del petróleo experimentaron una caída significativa a pesar del anuncio de la OPEP+ sobre la prolongación de sus recortes de producción hasta finales de junio, una medida que el mercado ha interpretado más como un reflejo de la debilidad en la demanda global de crudo que como un esfuerzo por estabilizar los precios. El Brent, referencia para los precios internacionales, descendió un 0,89% cerrando en 82,80 dólares por barril para la entrega de mayo, mientras que el West Texas Intermediate (WTI), referente en Estados Unidos, perdió un 1,53% situándose en 78,74 dólares para abril.

La decisión de mantener reducida la producción en aproximadamente 2,2 millones de barriles diarios hasta junio fue tomada por cinco miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y tres países aliados dentro del grupo OPEP+. Aunque esta medida buscaba ser un estabilizador del mercado, pronto derivó en una tendencia negativa para los precios del crudo.

Analistas como Robert Yawger de Mizuho interpretan la continuación de los recortes no como una señal positiva sobre la oferta, sino como un indicador de una demanda global débil.