SpaceX realizó este domingo su vuelo de prueba más audaz hasta la fecha con el enorme cohete Starship. Durante esta prueba, logró recuperar el propulsor en la plataforma de lanzamiento utilizando brazos mecánicos.

El Starship, que mide casi 121 metros de altura, despegó desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. Se elevó sobre el Golfo de México, al igual que las cuatro naves estelares anteriores, que terminaron destruidas poco después del despegue o al caer al mar.

La prueba más reciente, realizada en junio, fue la más exitosa hasta ahora, ya que completó su vuelo sin explosiones.

En esta ocasión, Elon Musk, fundador y CEO de SpaceX, aumentó el desafío al lograr que el cohete de la primera etapa aterrizara en la plataforma desde la que había despegado, siete minutos antes.

La torre de lanzamiento utilizó enormes brazos metálicos llamados Mechazilla, en homenaje al monstruo de ciencia ficción Godzilla, para atrapar el cohete de 71 metros durante su descenso.

El vuelo de junio no alcanzó su objetivo final debido al desprendimiento de algunas piezas. En respuesta, SpaceX actualizó el software y revisó el escudo térmico, mejorando las baldosas térmicas.

La NASA ha encargado dos Starship para llevar astronautas a la Luna a finales de esta década. Por su parte, SpaceX planea utilizar Starship para enviar personas y suministros a la Luna y a Marte.