Científicos crean un marcapasos más pequeño que un grano de arroz

Un equipo de científicos en Estados Unidos ha desarrollado un marcapasos diminuto, inyectable y biodegradable, que ha sido probado con éxito en animales y tejidos cardíacos humanos.
Aunque aún no está listo para su uso en personas, los investigadores lo consideran un descubrimiento clave con potencial para transformar tratamientos cardíacos y otros campos médicos.
Según un estudio publicado en la revista Nature, el dispositivo mide solo un milímetro de grosor y 3,5 milímetros de largo, y puede introducirse en el tórax mediante una jeringa.
Una vez implantado, se conecta de forma inalámbrica a un parche flexible colocado sobre el pecho, el cual detecta latidos irregulares y emite señales infrarrojas para regular el ritmo cardíaco.
El marcapasos se alimenta de una célula galvánica que convierte los fluidos corporales en energía eléctrica y ha sido diseñado para disolverse en el cuerpo una vez que deja de ser necesario, evitando así una cirugía para retirarlo.
Actualmente, los marcapasos temporales requieren intervención quirúrgica para instalar y retirar electrodos, lo que puede causar daños al corazón. Este nuevo dispositivo busca eliminar ese riesgo.
El equipo espera que en dos o tres años pueda iniciarse la fase de pruebas en humanos. En especial, podría beneficiarse al 1 % de los bebés que nacen con malformaciones cardíacas y requieren marcapasos temporales tras una cirugía, así como un adulto recién operado del corazón.