Demandan a Bad Bunny por uso no autorizado de casa en video musical y conciertos

El reguetonero puertorriqueño Bad Bunny ha sido demandado en su país natal por el uso sin autorización de la imagen de una vivienda en uno de sus recientes proyectos audiovisuales y en la escenografía de su gira de conciertos “No me quiero ir de aquí”, que finalizó este sábado en el Coliseo de Puerto Rico.
La demanda fue presentada el pasado 17 de septiembre por Ramón Carrasco, un hombre de 84 años residente en Humacao, quien alega que su propiedad fue utilizada como locación principal para el video musical “Debí tirar más fotos“, publicado en enero de 2025, sin un acuerdo formal ni una compensación justa.

Carrasco también ha incluido en la demanda a las empresas Rimas Entertainment, Move Concerts y A1 Productions, alegando que todas participaron en la producción y comercialización del video, así como en la recreación escenográfica de su vivienda durante los conciertos.
Según el documento judicial, una representante del equipo del artista visitó la vivienda en noviembre de 2024, para evaluar su uso como set de filmación. Carrasco permitió la grabación, pero asegura que nunca fue informado sobre el propósito final del video, ni se le presentó ninguna propuesta formal.
Además, el demandante afirma que se le pidió firmar en la pantalla de un teléfono móvil sin explicación clara, aprovechándose de que no sabe leer ni escribir, aunque sí sabe firmar. Posteriormente, descubrió que esa firma había sido utilizada en dos contratos digitales, los cuales solo recibió en julio de 2025, meses después del rodaje.

Carrasco recibió dos pagos en cheques por montos de $2,400 y $2,800 dólares, los cuales considera insuficientes frente a los millones de dólares generados por los demandados, según la demanda.
Uno de los puntos más delicados de la denuncia es que durante la serie de conciertos de Bad Bunny en el Coliseo de Puerto Rico se habría construido una réplica exacta de la casa, sin su consentimiento.
La exposición pública de la vivienda de Carrasco ha causado, según el demandante, una perturbación significativa de su tranquilidad, ya que personas desconocidas han llegado a su domicilio para tomar fotos y videos.
El demandante está solicitando una indemnización no menor a $5 millones de dólares por el uso comercial de la imagen de su propiedad y $1 millón adicional por daños emocionales, y afectación a su paz.
Por el momento, los representantes legales de Bad Bunny, Rimas Entertainment, Move Concerts y A1 Productions no han emitido comentarios oficiales.