Despiden a Ozzy Osbourne, el eterno “Príncipe de las Tinieblas”
Miles de seguidores de Black Sabbath se congregaron en las calles de Birmingham para rendir homenaje al legendario vocalista, Ozzy Osbourne, cuya carroza recorrió la ciudad que lo vio crecer, cantar y revolucionar la historia del rock.
El cortejo fúnebre avanzó lentamente por la calle Broad, la arteria principal de la ciudad, hasta llegar al famoso puente del canal, donde se encuentra el banco conmemorativo de Black Sabbath. Allí, en un lugar cargado de historia y simbolismo, se colocaron cientos de flores, mensajes y recuerdos de fans de todas las edades.

“Ozzy, Ozzy, Ozzy, oi, oi, oi”, coreaba la multitud con emoción mientras la carroza pasaba frente al Muro del Sabbath, convertido en un altar improvisado. Seis vehículos acompañaban el féretro, transportando a los familiares del cantante, entre ellos su esposa Sharon Osbourne, quien lucía visiblemente conmovida al saludar a los fans.

Ozzy Osbourne falleció el pasado martes a los 76 años. Aunque el mundo lo conocía como el “Príncipe de las Tinieblas”, para Birmingham era simplemente uno de los suyos.
“Ozzy era más que una leyenda de la música: era un hijo de Birmingham”, expresó Zafar Iqbal, funcionario municipal.
Durante su carrera, Osbourne no solo brilló al frente de Black Sabbath, sino también como solista, logrando un estilo y una base de seguidores única. En los años 2000, se reinventó una vez más como estrella de la televisión gracias al reality “The Osbournes”, compartiendo su vida con Sharon y sus hijos Kelly y Jack.
El álbum debut de Black Sabbath, lanzado en 1970, marcó un antes y un después en la música. Luego llegaron clásicos como Master of Reality y Vol. 4, consolidando a la banda como una de las más influyentes del metal.
Con más de 75 millones de discos vendidos, su legado es incuestionable.
La última vez que Osbourne tocó en su ciudad natal fue en un concierto especial el 5 de julio en Villa Park, frente a 42.000 personas. Ya afectado por la enfermedad de Parkinson, apareció sentado en un trono negro, símbolo de una realeza forjada en guitarras distorsionadas y actitud irreverente.
Este miércoles, Birmingham no solo despidió a una estrella: celebró a un pionero y a un ícono que llevó el nombre de la ciudad por el mundo con orgullo. El eco de su voz y su legado seguirá retumbando, como un eterno riff, en el corazón del metal.



