Una redada a gran escala ejecutada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) sacudió este martes la ciudad de Omaha, Nebraska, dejando entre 75 y 80 personas detenidas, según confirmó el congresista Don Bacon, representante del Segundo Distrito de ese estado.

El operativo se realizó en una planta procesadora de carne ubicada en el sur de Omaha, como parte de una investigación federal por el presunto uso de identidades falsas para el empleo de personas sin autorización para trabajar en Estados Unidos. ICE señaló que la redada forma parte de una investigación criminal en curso contra Glenn Valley Foods, la empresa intervenida.

“ICE y sus socios federales ejecutaron hoy una orden de allanamiento federal en Glenn Valley Foods, con base en una investigación criminal en curso sobre el empleo a gran escala de extranjeros sin autorización para trabajar en Estados Unidos”, indicó una portavoz de la agencia.

Por su parte, los responsables de la planta afirmaron que todos sus empleados fueron contratados mediante E-Verify, el sistema del Departamento de Seguridad Nacional que verifica el estatus legal de los trabajadores. Pese a ello, los agentes procedieron con las detenciones y el aseguramiento del lugar.

La redada provocó reacciones inmediatas en la comunidad. Decenas de familiares y residentes locales se congregaron frente a las instalaciones para protestar por los arrestos y en algunos casos intentaron bloquear los vehículos de ICE que transportaban a los detenidos. Medios como el Nebraska Examiner reportaron que la operación generó pánico entre trabajadores migrantes, lo que llevó al cierre de varios comercios en la zona.

Este operativo se convierte en la mayor redada migratoria registrada en Nebraska desde el retorno de Donald Trump a la presidencia en enero. La administración republicana ha endurecido nuevamente su política migratoria, implementando redadas y deportaciones masivas en distintos puntos del país.

La acción en Omaha se da en un contexto de creciente tensión nacional. En Los Ángeles, las autoridades locales enfrentan su quinto día consecutivo de protestas tras redadas similares ejecutadas por ICE la semana pasada. La respuesta del presidente Trump ha sido el despliegue de miles de soldados, incluidos efectivos de la Guardia Nacional y marines, pese a no contar con solicitud formal del gobierno local, lo que ha sido duramente criticado por activistas y funcionarios demócratas.