El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue diagnosticado este lunes con laberintitis, una afección del oído que le provocó un cuadro de vértigo y lo obligó a cancelar parte de su agenda oficial, según confirmaron fuentes del gobierno.

Lula, de 79 años, se sometió a exámenes médicos en el Hospital Sirio-Libanés de Brasilia, donde se determinó que su condición no reviste gravedad. Según el boletín médico divulgado por el gobierno, los exámenes de sangre e imagen resultaron normales, aunque se recomendó al mandatario permanecer en reposo por el resto del día.

Este episodio se suma a una serie de problemas de salud que el presidente ha enfrentado en los últimos años. En diciembre de 2024, Lula fue hospitalizado de urgencia tras sufrir una hemorragia intracraneana, ocasionada por una caída en el baño de la residencia presidencial. En 2023, también fue sometido a una cirugía de cadera, y en 2011 fue tratado por un cáncer de laringe.

Tras declararse recuperado a inicios de 2025, el jefe de Estado retomó una intensa agenda de trabajo que incluyó giras diplomáticas a China, Rusia, Vietnam y Japón. Sin embargo, los recientes episodios de salud reavivan las dudas sobre su capacidad para postularse a una eventual reelección en 2026, aunque el propio Lula no ha descartado oficialmente esa posibilidad.

El deterioro de su salud ocurre en un contexto de caída de popularidad, marcada por el descontento social frente a la inflación y la desaceleración económica.

En paralelo, su principal rival político, el expresidente Jair Bolsonaro, también enfrenta problemas médicos y judiciales.