La automotriz Stellantis anunció la suspensión temporal de unos 900 trabajadores en Estados Unidos, como consecuencia directa de los nuevos aranceles al sector automotor impuestos por la administración del expresidente Donald Trump, que entraron en vigor este jueves.

La medida afectará a empleados de dos plantas de estampado en Míchigan y una planta de transmisiones en Indiana. La compañía argumenta que estos despidos temporales responden a la decisión de detener de forma parcial la producción en sus plantas de montaje en Windsor, Canadá, y Toluca, México.

En la planta canadiense, donde se ensamblan vehículos como el Chrysler Pacifica y el nuevo Dodge Charger Daytona eléctrico, unos 4,500 trabajadores serán suspendidos durante dos semanas a partir del próximo lunes. Por su parte, la planta mexicana de Toluca, encargada de fabricar el Jeep Compass y el Wagoneer S EV, cesará operaciones por al menos un mes.

Antonio Filosa, responsable de Stellantis en Norteamérica, explicó en una comunicación interna que la empresa continúa evaluando el impacto de los aranceles a mediano y largo plazo, aunque por ahora ha optado por aplicar medidas inmediatas para mitigar los efectos.

Filosa también expresó su preocupación por la incertidumbre que generan estas decisiones en el sector, señalando que las interrupciones en las plantas de Canadá y México repercuten directamente en operaciones clave dentro de Estados Unidos.