Un nuevo informe titulado Los derechos de las mujeres bajo examen, 30 años después de Pekín, advierte que el debilitamiento de las instituciones democráticas ha ido acompañado de una reacción violenta contra la igualdad de género.

El documento, publicado en la antesala del Día Internacional de la Mujer, analiza los avances y retrocesos desde la adopción de la Plataforma de Acción de Pekín en 1995 por 189 países.

Según el informe, los actores contrarios a los derechos de género están erosionando el consenso sobre la igualdad. “Cuando no pueden revertir los avances legales y políticos, intentan frenar o bloquear su implementación”, señala el estudio. De hecho, cerca del 25 % de los países reportaron que la oposición a la igualdad está obstaculizando la aplicación de los acuerdos de Pekín.

El informe subraya que la polarización política ha intensificado el riesgo de reacciones adversas contra los derechos de las mujeres. Además, identifica otros factores como los conflictos armados, la crisis climática y el impacto de las tecnologías digitales, especialmente la inteligencia artificial, como nuevas amenazas a la igualdad de género.

Las cifras presentadas son las siguientes:

• Las mujeres tienen solo el 64 % de los derechos que disfrutan los hombres.
• El 63 % de las mujeres entre 25 y 54 años tiene un empleo remunerado, frente al 92 % de los hombres.
• Más de 772 millones de mujeres trabajan en la economía informal sin protección social.
• Desde 2022, la violencia sexual ligada a conflictos ha aumentado un 50 %, y el 95 % de las víctimas son mujeres y niñas.
• Cada 10 minutos, una mujer o niña es asesinada por su pareja o un familiar.

Por otro lado, el informe también destaca logros significativos en las últimas tres décadas, como la paridad en la educación de las niñas, la reducción de la mortalidad materna en un tercio y el aumento de la representación femenina en los parlamentos.

Para seguir avanzando, el documento propone el Programa de Acción Pekín+30, con 6 iniciativas clave: garantizar el acceso igualitario a la tecnología, erradicar la pobreza y la violencia, fortalecer la participación política de las mujeres, asegurar la paz y la seguridad, y promover la justicia climática.

“Podemos ser la primera generación en vivir en un mundo verdaderamente igualitario”, concluyen los autores del informe.