La Fiscalía de Guatemala solicitó una condena de 2.860 años de prisión para el general retirado Benedicto Lucas García por su participación en el genocidio contra el pueblo indígena maya ixil durante la guerra civil (1960-1996). 

El juicio, que comenzó el pasado 5 de abril, ha presentado pruebas que incluyen documentos militares, informes forenses y testimonios de sobrevivientes.

La fiscal Mercedes Morales pidió que el exjefe del Estado Mayor del Ejército, de 92 años, reciba 30 años de cárcel por genocidio, 30 años más por crímenes de lesa humanidad, y 2.800 años adicionales por la desaparición forzada de 70 personas. 

A pesar de estas penas, la ley guatemalteca establece un máximo de 50 años en prisión.

Según la fiscal, Lucas García intentó “destruir al pueblo étnico maya ixil”, al que las Fuerzas Armadas consideraron como un “enemigo interno” durante la guerra. 

El exgeneral es juzgado por las masacres de más de 1.200 indígenas entre 1978 y 1982, periodo en el que su hermano, Romeo Lucas García, fue presidente del país.

Por otro lado, el implicado ha seguido las audiencias desde un hospital militar en Ciudad de Guatemala debido a su delicado estado de salud. 

Actualmente, cumple una sentencia de 58 años por crímenes relacionados con la desaparición forzada y la tortura de civiles durante el conflicto armado. Se espera que la sentencia en este nuevo juicio sea emitida la próxima semana.