El Ejército de Israel se ha retirado de la ciudad de Yenín, en Cisjordania, tras diez días de intensos combates que comenzaron el 28 de agosto. La operación, que tenía como objetivo a militantes en Yenín, Tulkarem y el campo de refugiados de Al-Faraa, es la mayor acción militar israelí en Cisjordania desde el inicio de la guerra en Gaza.

Según el Ministerio de Salud de Palestina, 21 palestinos murieron durante el asalto israelí, que también causó daños significativos en la infraestructura de Yenín. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) calificaron la ofensiva como una “operación antiterrorista” y confirmaron la muerte de Muhammad Zakaria Zubeidi, miembro de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa.

La ONU ha expresado su preocupación por la situación humanitaria en Gaza y Cisjordania, calificándola de “más que catastrófica”. El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, destacó que las restricciones al acceso de suministros esenciales han exacerbado la crisis, afectando especialmente a las áreas de salud y alimentación.

Las tensiones en la región continúan en aumento, con las fuerzas israelíes utilizando tácticas similares a las de la guerra, incluidos ataques aéreos. La situación en Yenín y otras localidades sigue siendo crítica, con severas limitaciones al movimiento de ambulancias y personal médico, lo que agrava aún más la emergencia humanitaria en la zona.