El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue sentenciado a 45 años de prisión por un tribunal de Manhattan en Nueva York, luego de ser declarado culpable de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y poseer armas consideradas “dispositivos destructivos”. Los fiscales de Nueva York argumentaron que Hernández había dirigido Honduras como un “narcoestado”, aceptando sobornos millonarios de narcotraficantes para facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Durante su audiencia de condena, Hernández afirmó su inocencia y denunció haber sido acusado de manera injusta, alegando ser víctima de una persecución política. El juez Kevin Castel, a cargo del caso, rechazó recientemente una solicitud de nuevo juicio, ratificando la sentencia basada en el testimonio de múltiples testigos y evidencia documental presentada durante el juicio de tres semanas.

Castel también impuso una multa de 8 millones de dólares, y solicitó al abogado del implicado, que aclare en dos semanas cómo se efectuará el pago. A su vez, el juez decidirá en 120 días cuál será el penal donde Hernández, de 55 años y actualmente recluido en la cárcel de Brooklyn, deberá cumplir su condena.

Hernández, quien fue presidente de Honduras de 2014 a 2022, había sido considerado inicialmente un aliado importante de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, recibiendo significativa asistencia antidrogas y militar durante su mandato. Sin embargo, los fiscales descubrieron que Hernández mantenía vínculos con narcotraficantes desde 2004, antes de asumir la presidencia, facilitando el contrabando de grandes cantidades de cocaína desde Colombia y Venezuela a través de Honduras hacia Estados Unidos.

El caso también ha implicado a su hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández, quien fue condenado a cadena perpetua en 2021 por delitos de narcotráfico por el mismo tribunal de Manhattan.