Tres aviones Boeing se han visto envueltos en incidentes en Estados Unidos, Canadá y Turquía en las últimas horas, suscitando preocupaciones adicionales sobre la seguridad de los aparatos de la compañía.

El primer caso ocurrió cuando un Boeing 787-900 de Air France tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Canadá debido a un olor a quemado en la cabina. Otro Boeing 737-900 de Alaska Airlines experimentó un fallo en uno de sus motores poco después de despegar, mientras que un avión de carga Boeing 763 de FedEx aterrizó de morro en Estambul debido a un fallo hidráulico en el tren de aterrizaje delantero.

Las autoridades federales estadounidenses están investigando los controles de calidad y seguridad de la compañía, especialmente después de que se revelara que Boeing podría no haber completado inspecciones en el ensamblaje de las alas de algunos aviones 787 Dreamliner. Además, un ingeniero denunció que el fuselaje del 787 Dreamliner está montado de manera inadecuada, lo que podría representar un riesgo en vuelo.

Estos problemas se suman a los ya existentes con los aviones 737 MAX, que también están siendo investigados por la Administración Federal de Aviación (FAA).