El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, lideró una marcha este lunes desde la casa de gobierno hasta el edificio del Congreso para entregar personalmente un proyecto de reforma legal destinado a destituir a la fiscal general, Consuelo Porras.

Acompañado por la vicepresidenta Karin Herrera y seguidores que coreaban consignas de apoyo, Arévalo entregó el proyecto al Parlamento un día después de anunciar su intención por cadena nacional.

La fiscal Porras, quien enfrenta sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea por presunta corrupción, ha generado controversia al emprender acciones judiciales contra la elección de Arévalo y su partido Semilla.

Arévalo afirmó en una rueda de prensa en el Congreso que la fiscal ha ignorado casos graves de corrupción y narcotráfico, y se ha enfocado en atacar la democracia. “El oscuro ciclo de Consuelo Porras debe terminar ya”, declaró.

El proyecto de reforma propuesto por Arévalo busca restablecer los parámetros originales de la Constitución para la remoción del fiscal general, facultad que fue eliminada por el Congreso en 2018.

El presidente advirtió a los diputados que oponerse a esta reforma es favorecer la corrupción y la impunidad en el país, aunque enfrenta la resistencia de un Congreso dominado por partidos de derecha.

Porras presentó un recurso de amparo ante la Corte de Constitucionalidad, argumentando que las acciones anunciadas por Arévalo podrían poner en riesgo su integridad física y la de otros funcionarios de la Fiscalía.

Arévalo, quien asumió el cargo con la promesa de combatir la corrupción, enfrenta ahora uno de los mayores desafíos de su mandato en su intento por destituir a la fiscal general y restaurar la confianza en la justicia guatemalteca.