Nueva ley que prohíbe el aborto después de seis semanas de embarazo entró en vigor en Florida, desatando una intensa controversia y generando reacciones políticas polarizadas. La vicepresidenta Kamala Harris, en un acto de campaña en Jacksonville, culpó al expresidente republicano Donald Trump por lo que describió como una restricción de los derechos de las mujeres.

“Hemos vivido un ataque, estado tras estado, contra las libertades reproductivas y sabemos quién es responsable de ello: es el expresidente Trump quien lo hizo”, declaró Harris, destacando el impacto de la inclinación conservadora de la Corte Suprema durante el mandato de Trump.

La ley, que reduce drásticamente el plazo legal para abortar en Florida, ha sido objeto de fuertes críticas. Harris señaló que muchas mujeres ni siquiera son conscientes de su embarazo cuando se cumplen seis semanas, y criticó a los redactores de la prohibición por su falta de comprensión del cuerpo femenino.

La medida, promovida por el gobernador Ron DeSantis, ha llevado a Florida al centro del debate sobre el derecho al aborto en Estados Unidos. Los demócratas esperan capitalizar este tema en las próximas elecciones, mientras que los republicanos, liderados por Trump, buscan mantener un equilibrio entre su base conservadora y la opinión pública mayoritariamente favorable al derecho al aborto.

La entrada en vigor de la ley marca un hito en la batalla por los derechos reproductivos en Florida, pero los defensores de la libertad de elección aún tienen una oportunidad de revertir la medida. Un referéndum programado para coincidir con las elecciones presidenciales de noviembre podría cambiar el panorama legal, permitiendo que las mujeres interrumpan su embarazo hasta la viabilidad del feto, que generalmente ocurre alrededor de las 24 semanas de gestación.