Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, marca sus primeros 100 días en el cargo sin lograr avances significativos en su principal promesa de campaña: el combate a la corrupción en el país centroamericano.

A pesar de su compromiso inicial, Arévalo no ha implementado medidas contundentes para contrarrestar este flagelo. En lugar de ello, se limitó a crear una comisión encargada de detectar irregularidades en el gobierno, centrándose en casos de posibles malversaciones de fondos públicos por parte de funcionarios.

El gobierno del presidente Arévalo ha sido objeto de críticas por parte de la población, que considera que no se han resuelto casos graves de corrupción, sino únicamente pequeños incidentes. Por ejemplo, recientemente se destituyó a la ministra de Ambiente y Recursos Naturales debido a que su hijo utilizó recursos del Estado sin autorización, incluyendo el uso de un vehículo oficial para fines personales.

Ante esta situación, varios sectores de la sociedad guatemalteca expresan su descontento y esperan que el gobierno tome medidas más enérgicas para combatir la corrupción de manera efectiva en el país.