A partir del 1 de mayo de 2024, El Salvador experimentará una transformación significativa en su estructura municipal, pasando de 262 a solo 44 alcaldías, como resultado de una reorganización territorial. Sin embargo, esta medida ha generado preocupaciones sobre posibles despidos masivos de empleados municipales, según lo señalado por Guadalupe Centeno, secretaria de la Federación Sindical de Trabajadores Municipales de El Salvador (FESITRAMES).

FESITRAMES, que supervisa 15 sindicatos en todo el país, ha expresado inquietudes sobre el impacto de esta reorganización en los trabajadores municipales de diversas localidades. Centeno advierte sobre la posibilidad de una ola de despidos en las nuevas 44 municipalidades, a pesar de las afirmaciones del presidente Bukele de que solo se eliminarán los puestos de confianza.

Según Centeno, muchos de estos puestos de confianza son ocupados por jefaturas y gerencias que han demostrado su incapacidad durante el período 2021-2024, lo que plantea interrogantes sobre la justicia de posibles despidos de empleados municipales mientras se mantienen estas estructuras de liderazgo ineficaces.

La dirigente sindical destaca que son los trabajadores municipales quienes realizan las labores operativas y administrativas fundamentales, mientras que las jefaturas y gerencias enfrentan críticas por su falta de eficacia y transparencia en el desempeño de sus funciones.

Además, Centeno critica los aumentos salariales para los nuevos alcaldes, argumentando que los trabajadores se enfrentan a condiciones precarias y falta de apoyo por parte de las administraciones municipales. Asimismo, señala una falta de diálogo entre la Federación y las administraciones de Nuevas Ideas, así como una carencia de prestaciones adecuadas para los trabajadores municipales.

Centeno también denuncia prácticas cuestionables, como el desvío de funciones de los miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos para tareas que van más allá de sus responsabilidades municipales.

Esta reorganización municipal plantea importantes desafíos en términos de empleo, eficiencia administrativa y calidad de los servicios municipales, lo que genera incertidumbre y debate sobre el futuro de la estructura municipal en El Salvador.