Un sismo de magnitud 7,1 sacudió una región escasamente poblada de Xinjiang, en el occidente de China, dejando tres personas muertas y causando graves daños y derrumbes en condiciones gélidas. El temblor afectó el condado de Uchturpan en la prefectura de Aksu, desencadenando la movilización de alrededor de 1.000 rescatistas. Hasta la noche, las autoridades informaron tres fallecidos, cinco heridos, 47 viviendas derrumbadas y 78 con daños en el condado.

El sismo provocó cortes de energía, aunque se restableció rápidamente el servicio. Uchturpan, con cerca de 233,000 habitantes en 2022, experimentó el colapso de algunas estructuras agrícolas. La región rural, mayormente habitada por uigures, enfrenta temperaturas bajo cero, con mínimas de hasta 18 grados Celsius bajo cero pronosticadas.

El Servicio Geológico de Estados Unidos registró el sismo como magnitud 7,0 en la cordillera Tian Shan, una zona sísmicamente activa. La zona ha experimentado varias réplicas, siendo la más fuerte de magnitud 5,3. Esta región ha sido blanco de una campaña estatal de integración forzada y detenciones masivas en los últimos años.

En paralelo, en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, los rescatistas continúan buscando víctimas atrapadas por un alud en el pueblo de Liangshui, donde el deslave dejó más de 47 personas y 18 viviendas sepultadas bajo la nieve. Hasta ahora, se han recuperado 11 cuerpos, y dos personas fueron rescatadas con vida.