Científicos estadounidenses encontraron una proteína en versión canina que podría traer evidencias de un cierto patrón del virus. ¿Cuáles son los alcances de este hallazgo?
La enfermedad en curso por coronavirus (COVID-19) es el tercer contagio documentado de coronavirus de animales hacia humanos que ha resultado en una pandemia a lo largo de la historia.
Los coronavirus (CoV) que infectan a los mamíferos (a excepción de los cerdos) pertenecen principalmente a dos grupos genéticos y serológicos: los géneros alphacoronavirus y betacoronavirus.
Una especie que está en el primer grupo que infecta a perros, gatos y cerdos, se subdivide en tipo I y II, además que generalmente se asocia con gastroenteritis.
Un nuevo coronavirus canino fue identificado por primera vez en dos pacientes humanos en Malasia que desarrollaron neumonía en 2017-18.
Un grupo de otros científicos aisló el coronavirus canino y publicó sus hallazgos hasta el 2021.
Ahora, un equipo de las universidades de Cornell y Temple, en EEUU, han identificado un nuevo patrón que sucede en un extremo de la proteína de punta del coronavirus canino, el área del virus que facilita la entrada a una célula huésped.
En el informe de 2021, se había registrado un virus genéticamente similar (99,4 % idéntico en todo el genoma) a partir de las muestras de orina de un trabajador médico que regresaba de Haití.
Este médico experimentaba fiebre leve y malestar, lo que se sugirió que la infección humana con este coronavirus puede haber ocurrido en múltiples lugares.
“Este estudio identifica algunos de los mecanismos moleculares que subyacen a un cambio de huésped del coronavirus canino a un nuevo huésped humano, que también pueden ser importantes en la circulación de un nuevo coronavirus entre las personas del que antes no sabíamos”, mencionó Michael Stanhope, profesor de salud pública y del ecosistema en la Facultad de Medicina Veterinaria en la Universidad de Temple.